Las nuevas etiquetas de combustible de la Unión Europea se dividen en tres categorías: gasolina, gasóleo y combustibles gaseosos. En primer lugar, las de gasolina presentan una forma circular. Las de gasóleo tienen forma cuadrada. Por último, la de combustibles gaseosos lucen una forma de rombo. De esta manera, podremos identificar rápidamente el combustible del coche.
Además, cada categoría se subdivide en varias nomenclaturas según la clase:
Gasolina: E5, E10 y E85
Gasóleo: B7, B10 y XTL
Combustibles gaseosos: H2 (hidrógeno), LPG (Gas Licuado de Petróleo o Autogas), CNG (Gas Natural Comprimido) y LNG (Gas Natural Licuado).
Las etiquetas “E” de gasolina designa los biocomponentes específicos presentes en la gasolina. La letra “B” de las etiquetas de gasóleo designa los componentes específicos del biodiésel, mientras que la sigla “XTL” se refiere al diésel sintético.
El objetivo de estas nuevas etiquetas de combustible es ayudar a los conductores a elegir el carburante apropiado para su coche en toda Europa, así como evitar los errores al repostar en las estaciones de servicio. El cuello de un depósito de gasolina es más pequeño que el boquerel de gasóleo, por tanto no se puede repostar gasóleo en un coche de gasolina, pero si se puede hacer al contrario. Con estas etiquetas, se puede evitar esa situación.
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